Súplica a una madre de parte de un niño en el otro mundo

«Oh tú, madre bondadosa, agradece a la divina Providencia por haber sido librado de una jaula pequeña y oscura y, como las aves de las praderas, me he remontado hasta el mundo divino, un mundo que es espacioso, iluminado y siempre alegre y jubiloso. Por tanto, no te lamentes, oh madre, y no te apenes; yo no soy de los que se han perdido, ni he sido aniquilado, ni destruido. Me he librado de la forma mortal y he elevado mi enseña en este mundo espiritual. A continuación de esta separación, está la compañía imperecedera. Tú me encontrarás en el cielo del Señor, inmerso en un océano de luz».

‘Abdu’l-Bahá, Selección de los Escritos de 'Abdú'l-Bahá, p. 115

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