Una oración matutina
Oh mi Dios, mi Maestro, el Objeto de mi deseo! Este Tu siervo busca dormir al amparo de Tu misericordia y reposar bajo el dosel de Tu gracia, implorando Tu cuidado y Tu protección.
Yo Te ruego, oh mi Señor, por Tu ojo que no duerme, que guardes los míos para que no miren a ninguna otra cosa aparte de Ti. Fortalece, pues, su visión, para que puedan distinguir Tus signos y contemplar el Horizonte de Tu Revelación. Tú eres Aquel ante las manifestaciones de Cuya omnipotencia se ha estremecido la quintaesencia del poder.
No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el que todo lo subyuga, el Incondicionado.
Bahá'u'lláh, Oraciones bahá’ís, p. 211
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