Todo lo que hay en el cielo y en la tierra lo he dispuesto para ti
¡OH HIJO DEL POLVO!
Todo lo que hay en el cielo y en la tierra lo he dispuesto para ti, salvo el corazón humano que he destinado para habitación de mi belleza y gloria. Sin embargo diste mi hogar y morada a otro y no a mí, y cada vez que la manifestación de mi santidad buscaba su propia residencia, encontrando allí a un extraño y no hallando hogar, partía presurosa hacia el santuario del Amado. No obstante he guardado tu secreto y no he deseado tu vergüenza.
Bahá'u'lláh, Palabras Ocultas, del persa, No. 27
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