¿Hay pecados menores y mayores?

Pues la lengua es fuego latente, y el exceso de palabras un veneno mortal. El fuego material consume el cuerpo, mientras que el fuego de la lengua devora tanto corazón como alma. La fuerza de aquel dura sólo un tiempo, en tanto que los efectos de éste persisten un siglo.

Ese buscador también ha de considerar la murmuración como grave error y mantenerse alejado de su dominio, por cuanto la murmuración apaga la luz del corazón y extingue la vida del alma.

Bahá'u'lláh, Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh, pp. 110-111

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