Y entre las enseñanzas de Bahá'u'lláh tenemos que la religión es un poderoso baluarte. Si el edificio de la religión se estremece y tambalea, sobrevendrán conmoción y caos y el orden de las cosas será totalmente perturbado, pues en el mundo de la humanidad hay dos garantías que protegen al hombre del mal. Una de ellas es la ley que castiga al criminal, mas la ley sólo evita el crimen evidente y no el pecado oculto; mientras que la salvaguardia ideal, a saber, la religión de Dios, impide tanto el delito manifiesto como el encubierto, alecciona al hombre, imparte la moral, obliga a la adopción de virtudes y es el poder comprensivo que garantiza la felicidad del mundo de la humanidad. Pero por religión se quiere decir aquello que se confirma mediante la investigación y no lo que se basa en la mera imitación, se infiere del fundamento de las religiones divinas y no de las imitaciones humanas.

‘Abdu’l-Bahá, Bahá’í World Faith, p. 289 (traducción de cortesía)

de hacerse Bahá'i

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