… El gran plan de Dios [es] tumultuoso en su progreso, obrando a través de la humanidad en su conjunto, derribando barreras en pos de la unidad mundial y forjando a la humanidad para convertirla en un cuerpo unificado a través de los fuegos del sufrimiento y la experiencia. Este proceso, al debido tiempo de Dios, engendrará la Paz Menor y la unificación política del mundo. La humanidad en ese momento puede ser comparada a un cuerpo unificado, pero carente de vida. El segundo proceso, la tarea de dar vida a este cuerpo unificado – de crear la unidad y espiritualidad verdaderas culminando en la Más Grande Paz – les toca a los bahá'is, quienes están trabajando juiciosamente, con instrucciones detalladas y guía divina permanente, para erigir la estructura del Reino de Dios sobre la tierra, al cual convocan a sus semejantes, confiriéndoles de esta manera la vida eterna.

La Casa Universal de Justicia, Messages 1963 to 1986, p. 126 (traducción de cortesía)