…los agricultores siembran cerca de un pueblo. Ellos obtienen el producto de su cultivo. Toman una décima parte de los prósperos y los pobres, de acuerdo a sus ingresos. Un almacén de ramos generales puede construirse en ese pueblo para recibir todos los productos e ingresos. Luego, se podrá considerar quién es rico y quién es pobre. Los agricultores cuyos ingresos son suficientes sólo para la comida y los gastos, deben estar exentos de pagar impuestos. Toda la producción y los ingresos deben depositarse en el almacén de ramos generales. Si hay un indefenso en ese pueblo, se le debe proveer el su sustento diario. Por otra parte, una persona próspera que sólo necesita cincuenta kilos de productos y todavía le quedan quinientos mil kilos, después de que sean pagadas todas sus cuentas, debe pagar en impuestos las dos décimas partes, y al final del año lo que queda en el almacén debe distribuirse para cubrir los gastos generales.

‘Abdu’l-Bahá, "Star of the West", Vol. 7, No. 9, Bahá’í Scriptures, p. 342 (traducción de cortesía)