En cuanto a la declaración formulada por Shoghi Effendi en su carta del 21 de marzo de 1932, los principios bien establecidos de la Fe sobre la relación de las instituciones bahá'ís con los del país en que residen bahá'ís, hacen impensable que alguna vez violarían la constitución de cualquier país y menos meterse en su maquinaria política para tratar de hacerse cargo de los poderes del gobierno. Este es un elemento integral del principio bahá'í de abstenerse de la política. Sin embargo, esto no implica de ninguna manera que el propio país no pueda, por medios constitucionales, decidir por la adopción de leyes y prácticas bahá'ís y en consecuencia modificar su constitución o método de gobierno.

"Theocracy, Separation of Church and State", Casa Universal de Justicia, 27 de abril 1995

(traducción de cortesía)