¿Cómo describe Bahá'u'lláh el despertar de Su revelación?

Al entrar en la prisión, Nos condujeron por un lúgubre corredor, y desde éste descendimos por tres escaleras empinadas hasta dar con el calabozo que Se Nos había asignado. El sitio estaba a oscuras, y sus ocupantes ascendían casi a ciento cincuenta personas, entre ladrones, asesinos y salteadores de caminos. A pesar de encerrar tal multitud, estaba falto de toda salida excepto el pasadizo por donde habíamos ingresado. La pluma no acierta a describir el lugar ni su hedor nauseabundo. La mayor parte de los presentes carecían de ropa alguna o de alguna esterilla donde recostarse. ¡Dios sabe lo que soportamos en aquel tenebroso y repugnante lugar! Día y noche reflexionamos en esta prisión sobre la condición de los bábíes, sus actos y asuntos, preguntándonos cómo, a pesar de su grandeza de alma, nobleza e inteligencia, podían ser culpables de un acto tal como el audaz atentado contra la vida del Soberano. A continuación, este Agraviado decidió que, al dejar la prisión, Se alzaría con el mayor empeño en pro de la regeneración de estas almas. Cierta noche, en el curso de un sueño, pudieron oírse por doquier estas muy gloriosas palabras: ‘En verdad Os ayudaremos a triunfar por Ti mismo y por Tu pluma. No Os aflijáis por todo cuanto os ha ocurrido, y no temáis. En verdad sois de los que están seguros. En breve, el Señor enviará y revelará los tesoros de la tierra, hombres que Os conferirán la victoria por Ti mismo y por Tu Nombre, un Nombre con el que el Señor ha revivido los corazones de los que saben’.

Bahá'u'lláh, citado por Nabil-i-A’azam en la Narración de Nabil,

traducido y editado por Shoghi Effendi, Los Rompedores del Alba, pp. 868-869

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