«La Tabla a los cristianos» de Bahá'u'lláh - dirigiéndose a los sacerdotes
¡Oh concurso de sacerdotes! Abandonad las campanas, y luego salid de vuestras iglesias, os incumbe, en este día, proclamar en alta voz el Más Grande Nombre entre las naciones. ¿Preferís guardar silencio, en tanto toda piedra y todo árbol proclama: “¡El Señor ha venido en su gran gloria!”? Bienaventurado el hombre que se ha apresurado hacia Él. Verdaderamente, él es contado entre aquellos cuyos nombres serán registrados eternamente y quienes serán mencionados por el concurso en lo Alto. Así ha sido decretado por el Espíritu en esta
maravillosa Tabla. Aquel quien emplaza a los hombres en mi nombre, es verdaderamente mío, y habrá de demostrar lo que está más allá del poder de todos los que están en la tierra. Seguid la Senda del Señor y no los pasos de aquellos que están sumidos en la negligencia. Bienaventurado sea el adormecido quien animado por la Brisa de Dios se levantó entre los muertos dirigiendo sus pasos hacia el sendero del Señor. Ciertamente, tal hombre es considerado, a la vista de Dios, el Verdadero, como una joya entre los hombres y es contado entre los dichosos.Bahá'u'lláh, Tabla a los Cristianos, p. 4
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